Qué experiencia más maravillosa, cuánto he aprendido, de cada uno de vosotros, de mí misma observándome en un entorno desconocido, y sobre todo de Araceli, esa manera de ver el arte y entender el acto creativo como un acto de meditación, donde primar la escucha y la observación es toda una joya. En los cursos online ya se intuye eso, pero escucharte hablar, verte pintar y tu presencia es todo un regalo.

Todo de 10 porque no hay más puntuación... Sino sería 100. Bellísimo el sitio, las propuestas, pintar en el agua, me he dado cuenta que a veces soy una asustadiza a priori.

Estupendas las meditaciones, las charlas nocturnas y vespertina, el entorno, las casitas, la rica y especial comida, Conchi tan cariñosa, profesional y magnifica cocinera, la amabilidad y cariño de toooodas las participantes y tú, una fantástica organizadora, anfitriona, maestra del agua, acuarela y muchas cosas...

Parafraseando a Peter Kingsley

"Los verdaderos maestros no dejan huella. Son como el viento de la noche que atraviesa y cambia por completo al discípulo sin por ello alterar nada, ni siquiera sus mayores debilidades: arrastra todas las ideas que tenía sobre sí mismo y lo deja como siempre ha sido, desde el principio."